lunes, 30 de diciembre de 2019

Una especie de presentación.


“No hay una construcción posible en soledad”



Mi nombre es ayito y soy disca. O, técnicamente hablando persona con discapacidad. Esto es algo que mucho no dice. Es una definición, medica, burocrática tal vez. Dicho de un modo más claro, soy un monstruo. Soy un cuerpo monstruoso. Un cuerpo monstruoso para los cánones hegemónicos.
Pero no es sólo esto lo que soy. No soy, simplemente, un cuerpo anormal, para aquelles que se consideran normales. Un cuerpo deforme para aquelles que se consideran formados. Además de eso, soy un cuerpo queer y disidente. No me percibo completamente como mujer, pero tampoco como varón. El género es una entidad fluctuante dentro de mí. Vivo en el cruce constante. Además de mi clase social, cómo pasar por alto este detalle: Salida del barro, nacido y criado entre salas de oncología, a golpes, a trabajo forzado, a humillaciones y a basura, sí, pero también hecho para resistir, para aguantar y para golpear ahí, cuando y donde más duele, a luchar, por así decirlo, por más que suene trillado, pero así es, uno termina preparando su corazón, el cuero de su piel, los ojos que guardan las lágrimas de tanta piña, de tanto insulto, de tanto escarnio, para poder salir, para poder contar, para poder vivir, para estar aquí y dar fe de que, nos están matando, que nos estamos muriendo de dolor y de tristeza, de tanto odio. Pero no quiero caer en la angustia.
Soy un hibrido, sí. Mezcla de pobre y universitario. ¿Mezcla de varón y mujer? Mezcla de humana y de monstruo. También soy un hibrido político, que oscila entre el cinismo y desencanto de los ’90 y la esperanza y revalorización de la política que nos dejó la década ganada. Y acá no permito discusión. Si les gusta ser revolucionarios sin revolución y autochuparse las vergas hablando de lo lindo que es un mundo imposible, está bien, les respeto. Pero yo vivo en este país y en esta época. Y hay un solo movimiento que ha garantizado, ampliado y ayudado a construir derechos y posibilidades para todes. 
Y lo voy a decir de un modo claro. Si no fuera por muchas de las políticas del kirchnerismo yo no estaría acá. Estaría muerto o viviendo con mi tía, trabajando de niñera o de costurera o, peor, estaría en un campo criando chanchos y patos para sobrevivir. Si no fuera por el kirchnerismos, sería aquello, que, son muchos pobres y discapacitades, para la clase media universitaria. Algo conjetural. Bueno, no soy una conjetura. Estoy acá. con mi voz. Con mis palabras, que ya son mías, después de apropiármelas, de caminar por recintos y textos académicos que me ayudaron a decir esto. A pelear por esto. Por mis derechos: a trabajar, a pensar, a elegir, a vivir. A ser alguien. No un descarte. Una persona. Algo que, tal vez para muchos sea algo tan obvio y tan dado, que no lo perciben como un privilegio. 
Bueno, vayan dándose cuenta. No todes hemos tenido el privilegio de nacer y ser considerado seres humanos. 
Nos lo hemos tenido que ganar
y
nos lo tenemos que seguir ganando...


martes, 24 de diciembre de 2019

Toda educación es sexual



LAS INSTITUCIONES Y TU CUERPO.


Caminar escuelas publicas de toda parte de la periferia platense, curte el lomo de cualquier persona que viva la experiencia. Tuve toda clase de encontronazos, con toda clase de gente. Alumnos, padres y madres de alumnos, pero también
directivos. Ejerzo la docencia desde el 2014, era une iluse con ganas de cambiar el mundo, con ideales, bueno lo sigo siendo. Sin embargo, a veces dudo de mi rol en este mundo. Comencé en Fines, adultes con mentalidades súper cerradas.
No tienen crítica, autocrítica, todo lo que dicen los medios es la verdad absoluta, a pesar de elles ser les quienes de alguna manera son les protagonistes de esas discusiones políticas. Luego devino la escuela pública, con sus estructuras anacrónicas, sus millones de papeles a entregar y demostrar, no digo que no haya grupos amenos, donde las clases fluyen y salen cosas lindas. Pero, lamentablemente existen grupos de mucha resistencia. En su lógica, reproducen lo que tantos años el sistema les impuso, entonces te lo exigen. Por ejemplo,
que seas la MADRE de todes, que seas la POLICIA de todes, y les vigiles. Dos roles que no van bien combinados conmigo En este contexto de macrismo la resistencia se nota aún más. Durante este periodo he tenido varios llamados de atención, por parte de los directivos por tratar temas como la despenalización del aborto, el lenguaje inclusivo (soy profe de letras, obvio que hablaré del lenguaje) de la ESI: la disidencia y la discapacidad.

He tenido más de un encontronazo con alumnes evangelistas. El primero fue hace un año, justo se estaba dando el debate en el congreso sobre la despenalización del aborto. Y elles mismes sacaron el tema, di el lugar y comenzaron a debatir. Al terminar la clase preguntaron mi postura, la respondí y me fui. A la semana siguiente me llama la directora diciéndome que una madre estaba muy enojada porque en la escuela le estaban llenado la cabeza a su hija con ideas zurdas. Me reí, pero la directora me miró seria. No era un chiste, ni algo dicho al pasar. Había que escuchar y respetar las ideas de esta gente. Y yo las respeto, que quede claro. No tengo problemas con ninguna religión ni creencia, por retrograda o estrafalaria que pueda resultarme. Pero en el ámbito de
la escuela pública y laica, no. No se puede rearmar una clase
o callar ideas, porque a dos o tres les resultan ofensivas. La gracia de esta institución es su pluralidad y su convivencia. Tratar de entendernos y respetarnos entre todes. Si mandás a tu hije acá, entonces vas a tener que aceptar que la cajita de cristal donde lo querés meter, se va a resquebrajar. Tuve que, de todos modos, aceptar la queja y tratar de adaptar el pedido de una madre, por sobre las inquietudes de veintinueve. Porque, a pesar de todos mis pruritos, la directora no quiere problemas y te obliga a cualquier medida ridícula y demencial. Ahora, como un fenómeno que se expande, vuelvo a cruzarme con ellos, los evangelistas. Hoy llegué a la escuela con un animo extraño y lo primero que me llamó la atención fue que la vice-directora quiso presenciar mi clase. Se sentó junto a mí y anotó todo lo que sucedía. Me dio su devolución y era todo positivo, no entendía entonces para qué fue. Al analizar la clase me llamó a la dirección y me comentó que varios padres habían ido a quejarse porque yo utilizaba lenguaje inclusivo, porque yo hablaba mucho sobre la Esi, y porque les llenaba la cabeza con ideas “raras”. Esta vez la vice-directora estuvo de mi lado. Me felicitó por la dinámica de mis clases y entendió que no había nada de malo ni de reprobable en aquello que había escrito, pero, lamentablemente debía realizar el acta, pedirme que cumpla con dos o tres pedidos –como salir del grupo de Whatsapp que armé para pasarles la tarea- y que, en algún momento, debería reunirme con los padres a dar explicaciones,
cosa que me interesa nada y, simplemente, les diré todo que sí. Es terriblemente dolorosa y estresante esto de la escuela. Una no va a enseñar, ni cree saberlo todo, pero tampoco lo contrario. Las discusiones son siempre las mismas, los padres se acercan a las escuelas pensando que les docentes obligamos a sus hijes a hablar con lenguaje inclusivo, o que vayan y aborten
a la salida del colegio. Mi respuesta es siempre la misma, ¿qué idea de educación tienen? ¿por qué exigen que la educación no cambie? Me recomiendan que sea parcial, ante todo, ¿cómo haces para ser parcial si usas el lenguaje para comunicarte, de donde salió que ser parcial era la mejor manera de enseñar? Creo que piensan en una escuela que ya caducó, o que está a punto de hacerlo. Lo que respecta sobre lenguaje inclusivo va más allá de mis clases de lengua, dado que en Netflix ya hay series con subtítulos en lenguaje inclusivo. El punto no es ese. La cuestión pasa porque los padres y las madres comprendan un par de cosas y me gustaría ayudarlos con estas palabras. Primero, les diría que respeten a les docentes en general. Somos personas formadas y estudiadas, preparadas para dar clases. Pueden acercarse a hablar y preguntar, consultarnos lo que quieran, pero no pretendan decirnos cómo armar una clase o cómo manejarnos en un aula o cual nota le tenemos que poner a su hije, que para usted es un pequeño Einstein, pero tendrá suerte si alguna vez consigue un trabajo en blanco. Segundo, sepan que educar a une hije no es programar a un robot. No debe obligarlo a pensar como usted. Dele opciones
y, si es demasiado cerrado para hacerlo, acepte las opciones que la escuela u otros ámbitos pueden ofrecerle a su hije. No tema que sufra o algo o alguien lo lastime, es parte de la vida. Y si su hije quiere ser lo que quiere ser, no va usted
a detenerlo. En todo caso, su hije se deshará de usted antes.

Con amor, niñite.


El Beso


BESO 

Besarse en los rincones oscuros

besarse frente al rostro del guarda
besarse en la puerta de la Santa Catedral de todas las Canalladas
besarse en la plaza de todas las Repúblicas
(o elegir especialmente aquellas donde todavía te matan por un sodomo y gomorro beso)
besarse delante de la foto del niño que también fui
(y sentir que me hace un guiño para que siga, que no pare, que no interrumpa, porque le gusta ese beso…)
besarse sabiendo que nuestras salivas arrastran besos denegados/ opacados/ apagados/ cercenados/ mutilados/ hambrientos/ que no son solo los nuestros
que tus labios y los míos mientras rajan la tierra la construyen
y que hay una historia de besos que el espanto no ha dejado ser
y que por eso te beso
lxs beso
me besás
besaremos
por eso el beso
Susy shock
Soñé o recuerdo, aun no sé. Pero el Beso fue lo que me angustió, ¿por qué, siempre, lo que cuentan las películas, en la vida real es tan diferente?
El viento en la cara, yo corría no importaba donde, pero me gustaba, me dejaba llevar. Era un laberinto, pensé en el minotauro, la literatura en los sueños se vuelve real. Me olvido del verosímil, me atravesaba un río, una alegría. La revolución y la razón quedan tildadas al margen de la imagen que está en primer plano. Porque correr le da vértigo, y sabe que es efímera esa sensación, pero no quiere pensar. Y me toma del brazo, era linde, no tenía nombre, ni rostro. Todo lo que me gusta. Lo importante es que me llevaba hacia adelante, yo me dejaba (ha)-ser. La sensación de vértigo, el recuerdo de la serie adolescente, el deseo de ser la protagonista, me llevó a darte un beso, uno ridículo en el brazo, y cuando te lo dí, miré tu rostro, pero antes cerré los ojos y volvió a mi el recuerdo de él, y me pregunté dónde esta? Por qué sueño esto? Se me estrechó el pecho, el pechin, y desperté una vez más en casa junto a Renée, que me pedía comida.


El debut como docente



Bueno, después de llorar, como una estúpida, sino me da cáncer otra vez. Les quiero contar que fui discriminada por ser renga, disca, otra vez el sistema educativo escupe en mi cara.
Todo comenzó cuando me quedé sin horas en la escuela  pública. Sólo tengo un curso y, como aún el listado 108b no abrió y el alquiler se paga todos los meses, comencé a tirar cv en escuelas privadas.
Apareció Universitas y me dio el oc. Me llamó, me ofreció dos cursos y les encantaba mi cv. “Que chica estudiosa, oh cuanta brishantez”, decían las directoras. Me dijeron que vaya para tener una charla con ellas un rato antes de mi primera clase. El curso era mío. Una parte de mis problemas económicos parecían aliviarse. Todo era claro y luminoso, hasta que, llegó la oscuridad -o salió gregorio samsa de su habitación, como me gusta decir- porque, cuando llegué al lugar, me vieron y no sabían qué decir o qué hacer. Yo saludé y sentí su incomodidad, cosa que pasa SIEMPRE, así que mucho no me preocupé.
Una secretaria me miró fijo y pronunció "NO VA A PODER SER". Sin entender pregunté ¿por qué? En mi mente, aparecían las frases: si había estudiado bien, tenía todo en orden, el cuil, el dni, soy ciudadana, me dan los horarios, y el porcentaje de la carrera. Y soy buena profe, tengo años de experiencia. Muchos. Me dijeron que mi cv era más que suficiente. Me dijeron que los cursos eran para mí. Pero, cuando me tuvieron de frente, me dijeron que esperara sentada en un pasillo. 
Llamaron a la secretaria, a la otra directora, a la representante legal, armaron un circo donde yo parecía el freak, el fenómeno a observar, estudiar y aborrecer. Me metieron en un despacho con ellas, me decían que eran inclusivas pero que no podían aceptarme. Insistí, porque me parecía injusto. Recordé que en otras escuelas públicas también me había pasado, y tuve que pelear. Siempre tengo que pelear. Es un poco cansador esto de tener que pelear todo el tiempo. Pelear cada cosa, cada espacio, cada derecho que me corresponde. También reflexioné una frase que escuché por ahí: si sos bola y tenes un título podes ser respetado, lo cual es mentira, y si sos una persona con discapacidad, y tenes un título, conocimientos, podes ser tomado en cuenta, otra gran mentira. No, nada de eso. Todo el tiempo es pelear, desde la pobreza y desde la discapacidad. Y cansa.
Lo que ocurrió en esa oficina, en ese circo, es que me humillaron, me hicieron sentir menos que una persona, me expusieron como si fuera un fenómeno, una freak. Las excusas fueron varias: no poder bajar el curso, no poder arreglar el ascensor, que los alumnos también tienen derechos y no van a querer bajar a planta baja, que si ellos se amotinan en el salón no podés dar la clase. No podían hacer nada por mí, pero eran inclusivas. No me estaban discriminando, solo no me daban el trabajo porque era discapacitada.  AHRE
Ah, y esto les va a encantar. Me dieron consejos. Sí, consejos. Porque además de discapacitada, soy pelotuda: "para la próxima pone en el cv que tenes una discapacidad, así nos ahorramos esto, porque nosotras seguro te íbamos a llamar. Porque somos inclusivas"
Yo pensé muchas cosas. La educación para mí es otra cosa, es ir estudiar mucho, llevar literatura, pensar, pensarnos, en esta sociedad del orto. La educación, para mí, es pensar. Pero, también, la educación es un trabajo, un oficio. Mi trabajo y mi oficio. Tengo necesidades, debo pagar el alquiler, los servicios, comer, vestirme, me gusta tomarme una birra con amigues o ir al cine o pagar la suscripción de Netflix para viciar con Vis a Vis. Y para eso necesito trabajar. No quiero creer, pensar y vivir en un mundo que me hace sentir que estudié tanto, pero tanto, al pedo, y donde mi pierna resalta más que mis capacidades intelectuales. Que al ser pobre y discapacitada tenga que pelear por todo, pero así, peleando, estoy a 1 materia de recibirme de la carrera más larga de la historia. Y que, a pesar de todo, amo la literatura y enseñar; que el mundo es mega injusto con lxs trans, con lxs discas, con lxs negros, con los caídos del catre. Con nosotres. Pero, que las disfrazo de ironía, chistes, y sigo adelante. Por eso ya lloré, ahora planeo mi justicia: escrache público, y cosas legales, porque sigo siendo una disca con derechos y con inteligencia para romper todo.


Una especie de presentación.

“No hay una construcción posible en soledad” Mi nombre es ayito y soy disca. O, técnicamente hablando persona con discapacidad. ...